En los primeros años del siglo XX, la interrelación entre moda, arte y diseño se hizo cada vez más fuerte. Poiret era un vendedor consumado y contrató a artistas jóvenes de talento. Raoul Dufy, por ejemplo creo telas estampadas para su taller, más tarde Paul Iribe se encargo de las ilustraciones en su publicación promocional, abriendo nuevos caminos que continuaría Lepape, estos álbumes, emplearon el método pochoir de impresión, basado en técnicas japonesas que consistían en una plantilla para cada capa de color. Además, se publicaron multitud de revistas, pero fue la Gazette du bon ton la que representó una colaboración única entre artistas, modistas y editores, editada en paris por Voguel fue una de las revistas más influyentes de todos los tiempos y también contó con una participación mayoritaria de Conde Nast, posterior editor de Vogue. Su gran rival, William Randolph Hearst, comenzó a publicar el Harper´s Bazaar que tenía un contrato en exclusiva con Erté.
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